lunes, 19 de mayo de 2014

'GRAVITY' LA SOLEDAD EN EL ESPACIO Y LA MARAVILLA TÉCNICA


Sentir el corazón a punto salir por la boca, ese es la sensación que tuve tras ver 'Gravity'. Y eso teniendo en cuenta que no pude verla cuando estaba siendo proyectada en los cines y me he tenido que conformar con verla en casa, en la tele y sola... La angustia que esta película me ha hecho experimentar creo que no la he vivido con ninguna otra que haya visto anteriormente. Así haciendo uso de la memoria quizá aquella de 'La tormenta perfecta' pero creo que ni de lejos me agobié tanto como en esta ocasión.

¿Es esa sensación de angustia algo que nos hace empatizar con la protagonista? Pues mucho me temo que no. Y quizá os sorprenda mi respuesta, pero siento decir que me angustió tanto por aquello de que soy claustrofobica y el hecho de ver esos espacios tan reducidos de las naves solo me hizo sentir una tremenda taquicardia que me obligo a tomarme un pequeño descanso de la película. Así que por una lado me alegro de no haberla visto en el cine, por otro me habría encantado, las imágenes enamoran.
La historia recurre a un asunto muy manido, el personaje que busca una experiencia límite para escapar de su trágico pasado, y siendo su presente la peor de sus pesadillas. Al personaje de Bullock le falta algo, le falta cierta complejidad, que parece querer ofrecer, pero que se queda en algo simple, repetitivo, con poca profundidad y falta de sentido.

¿Entonces porqué nos gusta esta película? Pues sencillamente por su técnica, por su perfecta ejecución. El camino que abrió 'Avatar' nos lleva hasta esta aventura técnica, de portentosa nitidez de espacios creados digitalmente, pero que vemos como una realidad palpable. Y si esto es lo que me ha parecido a mi, que la he visto en una pantalla pequeña en 2D, no quiero imaginar como ha debido ser la experiencia para aquellos que la disfrutaron en el cine en 3D. La sensación de que los actores realmente salieron allá afuera a rodar la película es más que real. Esa sensación de gravedad cero, las gotitas de agua flotando, como si tuvieran vida propia, esos objetos moviéndose a su antojo, girando alrededor de los actores como si fuera la cosa más natural y real del mundo, es algo que me tuvo fascinada durante toda la película. Y la fotografía, esa fotografía que enamora a primera vista, que nos ofrece las imágenes más bellas y nítidas de un espacio, una visión de nuestro planeta desde allá arriba que te dan ganas de volver a ser niño otra vez y soñar con ser astronauta.

Los efectos sonoros insuperables, junto a una maravillosa banda sonora. Y añado que un buen trabajo también del dúo protagonista. No confundais mis palabras anteriores sobre el personaje, con una falta de calidad por parte de la actriz. Sandra Bullock está sublime, pero a su personaje quizá lo han cargado demasiado de tragedia, pero ella ha sabido representar ese drama, y esa angustia que vive la doctora Stone en su terrible experiencia espacial.

Como digo el trabajo técnico que Alfonso Cuarón nos plantea es asombroso, una experiencia difícil de describir, pero cuyos efectos visuales nos atrapan y nos envuelven para introducirnos de lleno en la pantalla como parte importante de la película. Somos testigos mudos de una maravilla técnica. Y aunque la historia, el guión no recurre a elementos demasiado profundos, ni una trama demasiado rebuscada, el film cumple su objetivo de entretener. Porque a pesar de esa angustia que me hizo vivir, y que tuve que tomarme un pequeño respiro, me mantuvo atenta a la jugada en todo momento. No podía esperar a que era lo siguiente que pasaría.

Personalmente no la considero la gran película del 2013, pero si una de esas que merece la pena ver, aunque sea solo por sus efectos visuales.