viernes, 17 de abril de 2015

'EL GRAN HOTEL BUDAPEST' HECHA PARA DISFRUTAR


Pues sí, una comedia hecha para ser disfrutada, y de qué manera. Ha sido una de esas películas que me ha encandilado de principio a fin, y por muchas razones. Primero por tratarse de una comedia que nada tiene que ver otras comedias, ya que quien la dirige es Wes Anderson y este norteamericano sabe como poner su sello personal a todo cuanto dirige. No se trata de una de esas comedia de carcajada fácil o de las que tiene un chiste tras otro, pero si se trata de una comedia que mantendrá la sonrisa dibujada en el rostro del espectador.

Por otro lado, este film es un autentico espectáculo sensorial -cinematográficamente hablando- y los que ya sois asiduos a leer mis artículos sabéis que valoro mucho los aspectos técnicos de las películas. En este caso son fuera de serie. Un uso del color que otorga a la cinta un aire preciosista que la acerca aun más si cabe a ese virtuosismo colorista que ofrecen las obras pictóricas del surrealismo. La explosión de color no puede pasar inadvertida y es todo un lujo poder disfrutarla porque a su vez parece retrotraernos a las primeras películas del cine mudo, con escenarios construidos para ofrecer un mayor efectismo pero que aquí gracias al brillo de los colores gana en plasticidad y armonía, casi parece recordarnos al cine de animación pero con personajes de carne hueso. Y esto del cine de animación lo recuerda también algunas escenas en las que momentos que, en cualquier otra ocasión habrían sido altamente dramaticos, aqui se vanalizan, se convierte en una figura cómica propia de una serie de dibujos animados en la que todo podría ser reversible.

La historia que nos cuenta Anderson se basa en los relatos de Stefan Zweig sobre la Europa del periodo de entreguerras. La historia en concreto nos relata las aventuras y desventuras de un celebre conserje del Gran Hotel Budapest, Gustave H. (Ralph Fiennes) que acaba entablando amistad con un botones del mismo hotel Zero Moustafa (Toni Rovolori) La amistad de Gustave con una dama de la alta sociedad, la muerte de esta y la batalla familiar por el testamento de dicha dama. El robo de una obra del renacimiento de incalculable valor, y como telón de fondo la situación que se avecina con la que será la segunda guerra mundial.

A pesar de todo este argumento, todo queda como desdramatizado, como he comentado antes. No hay una profundidad a la hora de describir a los personajes, pero si despiertan una cierta nostalgia y cariño algunos de ellos. No hace falta un recurso exagerado ni para dramatizar, ni para hacer reír, la idea es la que es y el contenido entretiene y satisface.

En cuanto al aspecto técnico, magistral uso del encuadre y magníficos movimientos de cámara. Detalles muy cuidados y un uso excelente de una fotografía que amplifica la extensa gama de colores usados en decorados, y vestuario. Los colores brillan y deleitan. A ello le sumamos un banda sonora muy bien elegida y compuesta, para engranar a la perfección con cada secuencia, con cada escena, con cada fotograma si se puede decir así. Excelente.

Ni que decir tiene que el reparto es de lo más pretencioso, pero aqui todo vale. Grandes estrellas que en algunos casos brillan unos miseros segundos en la pantalla, pero suficiente. Un lujo contar con tan grandiosos actores para un film que sin duda me ha hecho disfrutar y que no puedo hacer otra cosa más que recomendar. Es de lo mejorcito que he visto en los últimos meses. Un deleite para los sentidos.

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